La patente fue aceptada por el IMPI y está en espera de su validación
Investigadores del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI) de la UdeG crearon una máquina que permite definir cuáles materiales polímeros son más adecuados para las prótesis de cadera y hacerlas más duradera y menos invasivas.
El investigador del Departamento de Ingeniería Mecánica Eléctrica del CUCEI, maestro José Nieves Carrillo Castillo, encabeza el estudio en el que realizaron el prototipo de un aparato con base en XX, cuya patente fue aceptada por el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI).
El académico explicó que esta máquina es diferente a las que se utilizan en las empresas, debido a que reproduce el desgaste de los materiales de manera diferente con un nivel de reproducción de la marcha humano muy alto y fidedigno.
“Lo que buscamos es que el movimiento entre la cabeza femoral y la copa de la prótesis se muevan o se reproduzcan como está sucediendo en la cadera mientras que la persona está caminando, se dice de manera muy simple, pero esta solución requiere bastante refinamiento y tiempo. Lo que queremos con esta máquina es garantizar que ambos componentes se muevan de la manera más natural posible a lo que hace la persona con la prótesis”, dijo.
Por ahora las prótesis de cadera que usan especialmente los adultos mayores tienen un tiempo de vida de entre 7 y 15 años porque el movimiento de su cuerpo es menor, sin embargo las personas más jóvenes que han sufrido un accidente y requieren de este tipo de aparatos ortopédicos tienden a desgastarlas más rápido, debido a que sus necesidades de movimiento son diferentes.
El rápido desgaste que las prótesis tienen a través de los años provoca malestar y dolores musculo-esqueléticos a los pacientes que las portan. En ocasiones el promedio de años útiles se reduce debido a que en ocasiones no se hace un cálculo adecuado del deterioro del material con el que está hecho.
Los especialistas han realizado pruebas básicas preliminares de esta innovación y el siguiente paso es en dos años tener una máquina totalmente funcional para que las pruebas de desgaste sean más confiables.
Responsable:
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Texto:
Mariana González-Márquez
Fotógrafo:
Abraham Aréchiga