Egresados de CUCEI proponen infiltración en subcuenca del Río San Juan de Dios

Descartan que vaso regulador El Deán pueda contener el agua que corre en 2 mil hectáreas del Cerro del Cuatro

Además de que es desaprovechada, el exceso de agua que cae del cielo es un peligro para los habitantes de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) cada temporal.
 
Una de las subcuencas en el Valle de Atemajac que a su paso deja inundaciones, es la del Río San Juan de Dios, que nace de los escurrimientos de las faldas del Cerro del Cuatro, y que corren de sur a noreste.
 
Para entender cómo corre el agua en esta zona y emprender un plan de mitigación de inundaciones, Sergio Esteban Aldana Alonso y Carlos Castolo Ramírez, egresados de la licenciatura en Ingeniería Civil del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI), de la UdeG, realizaron la tesis Modelación hidrológica e hidráulica de la parte alta de la subcuenca del río San Juan de Dios, con una visión de restauración hidrológica de cuencas en el Municipio de Guadalajara.
 
Con ayuda de académicos del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD) –pertenecientes al Laboratorio Nacional de Vivienda y Comunidades Sustentables del Conacyt–, modelaron el flujo de las corrientes del Cerro del Cuatro a partir del análisis de la red hidráulica urbana y la hidrología natural.
 
Esto se logró por medio del programa informático Swmm 5.1, en el que consideraron las pendientes, la anchura de los colectores, calles, redes hidráulicas e hidrológicas en 60 microcuencas que abarcan 2 mil hectáreas.  
 
El área de estudio está delimitada por el Cerro del Cuatro, al sur; el Cerro de Santa María y avenida Colón, al poniente; la avenida Lázaro Cárdenas, al norte y las vías férreas que están a un costado de la calzada Gobernador Curiel, al oriente.
 
“Se muestra dinámicamente cómo suben y bajan los niveles de agua cuando ocurre una tormenta, también cómo se van saturando los colectores. Nos da resultados muy claros sobre qué pasa con la subcuenca, los colectores y pozos, lo que da cuenta de los puntos de inundación más importantes en la zona de estudio”, indicó Aldana Alonso.
 
Uno de los puntos de conflicto está en el Parque de la Liberación o El Deán, donde se encuentra el vaso regulador con el que el Ayuntamiento de Guadalajara pretende mitigar las inundaciones en la zona.
 
En este temporal, cerca de 80 fincas alrededor del vaso se han visto afectadas, pese a las inversiones para la ampliación del cuerpo de agua.
 
El egresado de Ingeniería Civil explicó que esto ocurre porque es imposible que en este espacio, que abarca de 5 a 20 hectáreas, se pueda contener el agua que cae en 2 mil hectáreas de tierras altas.
 
“En vez de implementar medidas de retención en la parte más baja, contemplamos la implementación de estrategias en las 2 mil hectáreas. Los vasos reguladores tienen la función de recibir los escurrimientos pluviales urbanos y poder contenerlos, en vez de que corran por las calles. Con El Deán se aprovechó la parte más baja de esta zona para que un manantial natural fuera una estructura hidráulica. Hoy podemos ver cómo se inunda esta zona cada año, porque es demasiada agua la que se conduce a este punto”, expresó.
 
Aldana Alonso dijo que para la ampliación se talaron árboles que, a su vez, tienen un papel importante en la regulación del ciclo del agua.
 
“Hay que cambiar las áreas impermeables por masa forestal y vegetación, de esta manera apuntamos hacia la infiltración natural; además, nos podemos ayudar de estructuras en espacios públicos como los pavimentos impermeables, los pozos de infiltración y jardines de lluvia. Proponemos también la implementación de sistemas de captación de agua de lluvia en fincas. La infiltración desempeña un papel importante para mitigar la inundación y recargar la subcuenca, que forma parte de la de Atemajac, misma que está en condiciones de sobreexplotación”, explicó el ingeniero civil.
 
Las obras tradicionales para combatir las inundaciones, por parte de las autoridades, se limitan en crear más infraestructura, crecer los colectores y vasos; por lo que el joven exhortó a educar a las personas sobre la importancia del ciclo del agua, que existan más programas de reforestación y se aproveche el agua de lluvia.
 
El Río San Juan de Dios, después de El Dean, lleva agua de lluvia combinada con aguas residuales domésticas, de negocios e industrias, hacia el norte de la ZMG. Corre por la calzada Independencia y cruza colonias como Villas de San Juan, Independencia y Rancho Nuevo, para desembocar en el Río Santiago, en la Barranca de Huentitán.
 
El joven ingeniero sostuvo que este tipo de proyectos representan un paso para el rescate de estos cuerpos de agua urbanos.

Responsable: 
Unidad de Difusión
Texto: 
Iván Serrano Jáuregui
Fotógrafo: 
David Valdovinos/Fernanda Velázquez